Entre los principales atractivos que ofrece el entorno inmediato a nuestro enclave, es la estrecha cercanía que guardan las urbanizaciones de Cala Blanca, Santandria y Son Carrió con dos de las privilegiadas playas de la isla de Menorca, entre las que se encuentra la familiar playa de Cala Blanca. Si bien es cierto que otros tramos del litoral menorquín se presentan como verdaderos paraísos vírgenes, el difícil acceso a tales parajes puede suponer un verdadero impedimento para aquellos que visiten la isla en familia. Pero una vez en Menorca, las riquezas de nuestro paisaje os permitirán encontrar un lugar acorde a vuestras preferencias o necesidades, siendo quizás la playa de Cala Blanca uno de los lugares que andabais buscando.
La playa de Cala Blanca se encuentra ubicada en el extremo oeste de la isla, a escasos 5 Km. al sur de Ciutadella de Menorca y junto a nuestras urbanizaciones colindantes. Dada su cercanía con una zona urbanizada, está catalogada como una de las playas y calas semiurbanas de Menorca, conservando aun así el excelente grado de pureza que presenta su entorno natural. Son precisamente estas, algunas de las principales cualidades que deberían valorarse de Cala Blanca, ya que la presencia de las urbanizaciones cercanas permiten un acceso cercano y sencillo a la playa, así como a un amplio abanico de servicios turísticos y comodidades sin que ello suponga renunciar a las particularidades que distinguen las playas de Menorca.
El paisaje aquí, se caracteriza en primer lugar por el entrante de mar que origina la pequeña playa de Cala Blanca. La cala queda flanqueada por acantilados rocosos de baja altura, donde se alzan algunas de las viviendas y edificaciones procedentes de las urbanizaciones cercanas. El arenal de la playa, de unos 40 metros de largo por unos 150 metros de longitud, brinda unas dimensiones más bien reducidas respecto al volumen de visitantes que acuden al lugar, registrándose en ocasiones un grado de ocupación muy elevado. No obstante, aquellos que acudan temprano a la playa tendrán un lugar asegurado, y no obstante, el movimientos de bañistas es continuo, por lo que siempre es posible encontrar un buen lugar aquí a cualquier hora del día.
Cercanos al lugar, son de especial interés puntos y yacimientos arqueológicos tan destacados como las “Coves de Parella” (increíbles grutas con un lago interior), así como los restos talayóticos de una naveta de habitación datada entre el 2000 y 1200 a.C., aunque por el momento son lugares que no puedan visitarse. Tras el arenal, un reducido sistema dunar poblado por frondosos pinos se suman con su frescura y color a la belleza de la cala, bañada por aguas cristalinas de intensas tonalidades turquesa. La presencia de abundantes prados de posidonia oceánica, no son más que un bioindicador que delata la pureza y el valor ecológico que conservan las aguas de Menorca así como su entorno natural. En el blanco inmaculado de sus finas arenas encontraremos el topónimo de la playa, debiéndose a su vez el nombre de la urbanización adyacente de Cala Blanca.
La tranquilidad de las aguas y un talud de arena con pendiente suave, se suman a las características que hacen de esta una playa familiar, resguardada de fuertes oleajes o vientos pronunciados. A diferencia de las alejadas calas vírgenes de Menorca, la playa de Cala Blanca cuenta además con servicios de vigilancia y socorrismo, así como de otras atenciones y comodidades imprescindibles para muchos. Así mismo, en las urbanizaciones de Cala Blanca, Santandria y Son Carrió, dispondréis del amplio abanico de servicios y divertidas actividades que ofrecemos a fin de haceros disfrutar de unas inolvidables vacaciones en Menorca, siempre en uno de los lugares más privilegiados de la isla que les invitamos a descubrir.