La fiesta de Sant Joan de Ciutadella es uno de los emblemas de Menorca. Data del siglo XIV y representa la plasmación de la riqueza cultural y antropológica de la isla. Sant Joan es una cita casi sagrada para los menorquines y un auténtico espectáculo para los turistas que descubren el festejo por primera vez. No son pocos los visitantes que, durante esos días de junio, se alojan en establecimientos de las urbanizaciones Cala Blanca, Santandria y Son Carrió. Desde la Asociación de Comerciantes y Hoteleros Blancandria os animamos a conocer estas fiestas llenas de encanto y a gozar de los completos servicios que ofrecemos en nuestra zona.
Orígenes de la fiesta
Los orígenes de la fiesta de Sant Joan de Ciutadella son religiosos. Al parecer, el festejo nació en una cofradía, de la que formaban parte los cuatro estamentos sociales de la época (iglesia, nobleza, artesanos y payeses). Estas cuatro categorías estaban representadas también dentro de la Junta de Caixers (Junta de Cajeros). La Obrería del santo (San Juan) realizaba una romería a caballo hasta una pequeña ermita, para honrar y venerar a su patrón. Junto a los caixers, peregrinaban los cavallers y el resto de la cabalgata (qualcada).
Pero remontémonos a 1287, año en el que el Obispo de Mallorca ordenó una reestructuración eclesiástica en Menorca. En el documento que aprobó los cambios ya aparecía la Iglesia de Sant Joan Evangelista, Iglesia de San Joan Baptista posteriormente. El templo se administraba por el Gremio de la Payesía Obreria de Sant Joan. Se tiene constancia de los miembros que conformaban la Obrería de Sant Joan Baptista en el siglo XVI: un obrero eclesiástico, un obrero caballero, dos obreros payeses y un obrero menestral. Todos ellos son el antecedente histórico de los actuales caixers, que integran la Junta de Caixers.
Actualmente, la Junta de Caixers es la encargada de organizar las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, además de velar por el cumplimiento escrupuloso de los protocolos ancestrales del festejo. La Junta cambia cada dos años y es siempre el representante de la nobleza (Caixer Senyor) el encargado de presidirla.
El caballo, protagonista
El caballo es el protagonista principal, la pieza clave en las fiestas de Sant Joan de Ciutadella. Los jinetes, ataviados con el traje “de just” (de hombre justo), montan caballos sementales de raza menorquina, conformando una gran cabalgata. La “qualcada” recorre calles y plazas aclamada por la multitud. Los caixers y cavallers, en el “jaleo“, hacen saltar a sus équidos y demuestran sus habilidades, al ritmo de canciones populares.
El caballo menorquín se caracteriza por su capa negra, por su valentía y nobleza. En sus venas corre sangre española, inglesa y árabe. Los movimientos menorquines y la “elevada” hacen las delicias de todos los asistentes a la fiesta de Sant Joan.
El calendario de la fiesta
La fiesta comienza el domingo anterior al día 24 de junio. Se trata del “Día des Be“. Un payés con una oveja al hombro, recorre descalzo las calles de Ciutadella e invita a todos a la fiesta de Sant Joan. Le acompañan, a pie, los caixers. Originariamente, en dicha jornada también se pedían limosnas para la organización del festejo.
Pero la fiesta en sí, se concentra en las jornadas del 23 y 24 de junio.
23 de junio
A las 14 horas y en el palacio del Caixer Senyor tiene lugar el “primer toc” o “Toc de fabiol”. Se trata del inicio oficial de la fiesta. El fabioler (representante de la autoridad) pide permiso al Caixer Senyor para ir a buscar a toda la comitiva, que se va conformando con los distintos caixers. A las 18 horas tiene lugar otro momento estrella de la festividad de Sant Joan, el “Caragol des Born”. La llegada del Caixer Senyor al galope inicia el Caragol y la música. Los festejos continúan en la ermita de Sant Joan de Missa, a unos 7 kilómetros de la ciudad. La jornada concluye con una bebida, de caixers y caballeros, en el palacio del Caixer Senyor.
24 de junio, día de Sant Joan
A las 8 de la mañana comienza la gran jornada festiva. A esa hora, el fabioler solicita autorización al Caixer Senyor para celebrar la reunión de caballeros. Después, el día trae infinidad de actos:
- Proves dels jocs des Pla, ensortilla y correr abrazados. (Acuden multitud de espectadores). Estos juegos se añadieron a la fiesta en el siglo XVII.
- Ses Voltes.
- Despedida del Caixer Capellà y del Caixer Senyor.
- Missa de Caixers en la Catedral.
- Caragol de Santa Clara (los jinetes dan tres vueltas por las calles próximas al convento).
De madrugada, el último toque de fabiol y la frase tradicional: “¡Fins l´any vinent si Déu vol!” (Hasta el año que viene si Dios quiere) ponen el broche final a la fiesta de Sant Joan en Ciutadella. Sólo es un punto y seguido, porque los menorquines piensan los 365 días del año en este festejo, una tradición ancestral que rebosa magia, emoción, riesgo, alegría y mucha belleza.
Fuentes: Ayuntamiento de Ciutadella, rtve
Imágenes: Wikimedia-Wmorella, Flickr-Blanca gc, Oriol, Ramón Roura