Ciutadella esconde rincones realmente sorprendentes y bellos. Si llegamos hasta la famosa Plaza des Borns y bajamos por unas escaleras cercanas, de repente, nos encontramos con un lugar espectacular, repleto de embarcaciones de vela y a motor, con pantalanes a ambos lados de la bocana y con decenas de tiendas, bares y restaurantes en el enclave. Hemos llegado al Puerto de Ciutadella, sin duda, uno de los más bonitos de todo el Mediterráneo.
Orígenes y evolución del Puerto de Ciutadella
El Puerto de Ciutadella ya operaba en la Edad Media. Su tráfico era constante e intenso cuando la ciudad era la capital de la isla de Menorca, en tiempos de la Corona de Aragón. Sin embargo, fue ya en el siglo XIX cuando la estructura portuaria adquirió la importancia que hoy sigue teniendo. En aquel siglo se implementaron una serie de mejoras, que continuaron durante el XX.
En 1929 se acometieron las obras para el ensanche del puerto. Su angostura representaba una seria dificultad para los buques de mayor eslora. Estas labores de ampliación duraron tres décadas y concluyeron en 1962. En aquel momento, también se mejoraron los accesos y la rampa varadero. De esta manera, el Puerto de Ciutadella adquirió la imagen que hoy día conserva, si bien se efectuaron otras muchas tareas de adecuación posteriormente.
En 2011 entró en funcionamiento el nuevo dique de amarres para barcos de gran eslora, localizado en Son Blanc (Puerto Exterior de Ciutadella). Desde ese momento, Ciutadella recibe también grandes buques, que antes no podía acoger por las limitaciones del viejo puerto.
En la actualidad, el Puerto de Ciutadella hace una alargada de 1.170 metros y su anchura oscila entre los 15 y 110 metros. Posee 174 amarres y una grúa de 6,5 toneladas. De sus instalaciones parten las líneas regulares de pasajeros y carga con destino Mallorca y Barcelona.
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